El dólar mayorista oficial superó por primera vez el umbral superior del régimen de flotación administrada, cerrando la jornada en $1.474,50, apenas por encima del límite de la banda, fijado en $1.474,30. Para contrarrestar la presión alcista, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) inyectó USD 53 millones al mercado, una cifra que superó ampliamente las expectativas de los operadores. Sin embargo, la intervención no logró contener del todo las expectativas del mercado, que descuenta que la divisa perforará nuevamente el techo en los contratos de futuros, especialmente en octubre.
Desde Adcap señalaron: "BCRA estuvo activo en la rueda vendiendo DLR/SEP25 para mantenerlo con una implícita por debajo del 0% (cerró en -5%), lo que no generó efecto sobre el spot, que se mantuvo tomador hasta el cierre". La autoridad monetaria también mostró presencia en contratos de mayor plazo, como los de mayo y junio de 2026, evidenciando una estrategia de contención más amplia.
El respaldo financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI), fruto del acuerdo suscrito en abril, constituye el principal sostén del BCRA para intervenir en el mercado cambiario. Federico Furiase, director del organismo (foto inferior), afirmó recientemente que la entidad cuenta con USD 22.000 millones para defender el techo de la banda, evocando el tono desafiante de Luis “Toto” Caputo con su célebre “comprá, campeón”. Furiase subrayó que la credibilidad del esquema solo se comprobará "si testean" dicho límite, momento en que se pondrá a prueba la capacidad del Central para estabilizar el mercado.
No obstante, Gabriel Caamaño, analista de Outlier, matizó estas declaraciones en diálogo con el portal Ámbito, señalando que "el poder de fuego del Central son los USD 14.000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI)", dado que los USD 22.000 millones mencionados por Furiase incluirían dólares provenientes de los encajes de depósitos privados, una práctica que calificó como "no prudente". Caamaño enfatizó: "El techo de la banda es creíble si el BCRA sale a intervenir como debe, si no lo hacen dejará de ser creíble", añadiendo que "mientras que ellos mantengan su compromiso con el esquema actual, que implica que si toca ese nivel, tienen que vender todo lo necesario para que se mantengan ese valor, el techo es creíble".
Por su parte, la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia estimó que el BCRA dispone de cerca de USD 25.000 millones en reservas líquidas, de las cuales al menos USD 14.000 millones —correspondientes a los desembolsos del FMI de abril y julio— podrían destinarse a intervenciones. Sin embargo, para agotar esos USD 14.000 millones hasta el 26 de octubre, el Central debería vender USD 500 millones diarios, un ritmo excepcional que, según el informe, solo se observó en momentos críticos como la tercera semana de abril de 2018 y la tercera semana de octubre de 2019, durante la gestión Cambiemos y la antesala de las elecciones presidenciales de ese año, respectivamente.
Presión y riesgo
El mercado interpreta que el esquema cambiario actual se mantendrá hasta las elecciones, pero las expectativas de cambios posteriores son crecientes. Caamaño expresó: "No me parece aconsejable meter cambios antes de las elecciones. Que cumplan al menos por un rato el esquema que acordaron con el FMI y que comunicaron". Sin embargo, advirtió que "los USD 14.000 millones son un montón. Después de las elecciones, con el resultado ya puesto y esa incertidumbre ya resuelta, puede ser un momento más propicio para cambios", recomendando al equipo económico que "se comprometa con el esquema y no haga cosas raras".
Martín Kalos, de Epyca, alertó sobre los riesgos de un dólar que alcance el techo de la banda de manera recurrente: "A partir de ese momento el BCRA se posiciona como vendedor y se vuelve muy difícil que el dólar baje". Kalos criticó la falta de volatilidad lógica en el esquema, que "garantiza el negocio en el techo de la banda", y propuso una reforma integral que abarque desde la política de tasas de interés hasta los coeficientes de encaje y la definición misma del límite superior. No obstante, reconoció que "esto demandaría una serie de cambios en el esquema que claramente no están en la hoja de ruta de la administración libertaria, que busca llegar a las elecciones manteniendo, a cualquier costo, un modelo insustentable".
La sostenibilidad del régimen cambiario se ve amenazada por la constante caída de los bonos soberanos en dólares, que reflejan una expectativa de reservas cada vez más limitadas frente a vencimientos de deuda por USD 8.100 millones hasta enero. El riesgo país, cercano a los 1.200 puntos, bloquea el acceso al crédito internacional, obligando al Ministerio de Hacienda a adquirir divisas en el mercado, lo que podría precipitar un nuevo salto devaluatorio y, consecuentemente, una escalada inflacionaria. Desde PPI advirtieron: "La sangría de reservas tendrá un correlato directo con las paridades de los bonos, que ya empezaron a descontar este escenario".
Horizonte incierto
El mercado proyecta que las bandas cambiarias podrían volverse insostenibles tras las elecciones, dado que, según Caamaño, "quedaron muy cortas". La falta de acumulación previa de reservas agrava el panorama, ya que, en palabras del analista, "si hubiéramos acumulado reservas antes, se podría haber llegado de otra manera al mandar otra señal. Estos tiempos muertos caros son recurrentes en nuestra economía". La intervención del BCRA, aunque respaldada por los fondos del FMI, enfrenta el desafío de mantener la credibilidad sin agotar recursos esenciales, en un contexto donde la incertidumbre política y la presión del mercado no ceden.
La jornada de este miércoles expuso las tensiones latentes en el esquema cambiario, con el BCRA en el centro de la escena, desplegando su arsenal para contener la escalada del dólar. Sin embargo, la fragilidad del modelo y las expectativas de un ajuste postelectoral plantean interrogantes sobre la viabilidad de la estrategia oficial en el mediano plazo.